En los primeros años de este nuevo siglo, se ha reafirmado la función de la educación en la sociedad del conocimiento. Los centros educativos, que proporcionan ambientes de aprendizaje innovador, para los trabajadores del conocimiento del mañana y para la comunidad en general, son más importantes que nunca. Los principios del aprendizaje para toda la vida que implican inclusión, integración, sostenibilidad, conectividad y calidad, son las consignas de las políticas educativas de muchos países
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) lo han cambiado todo, la forma de vivir, de trabajar, de producir, de comunicarnos, de comprar, de vender, de enseñar, de aprender y de actuar, tanto en lo cognitivo, lo axiológico y como lo motor, dimensiones esenciales del hombre. En el Foro el “ Equipo de docentes del Norte” a través de lo expuesto por Martin Barbero, hace hincapié en la influencia total de las tecnologías, ellas: "tocan al ciudadano de modo transversal" atravesando todas sus actividades. En el contacto con las tecnologías es que producimos, nos transformamos y transformamos nuestras prácticas: la forma en que vivimos, cómo nos organizamos, cómo vemos al mundo y nos interrelacionamos con los demás.
Todo el entorno es distinto. El gran imperativo es prepararnos y aprender a vivir en ese nuevo entorno; la sociedad ha estructurado sus valores en forma diferente por lo tanto ha tenido que cambiar sus exigencias respecto a la educación y los centros de enseñanza. Hoy para ingresar a la sociedad del saber es necesario un sistema que garantice la calidad; debe cuestionarse a sí mismo, repensar sus principios y objetivos, reinventar sus metodologías docentes y sus sistemas organizacionales. Tiene que replantear el concepto de la relación aprendiz – docente. Ante toda esta dinámica, el sistema educativo tiene un reto muy valioso en el proceso mismo del aprendizaje, los contenidos curriculares, en revisar críticamente los modelos mentales que han inspirado el desarrollo de los sistemas educativos; si quiere cumplir con su misión en el siglo XXI: brindar satisfacciones a las necesidades de la sociedad en general.
"La Sociedad de la Información está dando paso a la Sociedad del Conocimiento. . En ella, la ciencia y la tecnología unidas y sustentadas recíprocamente van conquistando los distintos ámbitos que comprenden la vida.
Cardona, indica que la cultura de la conectividad, con acceso a las soluciones que se ofrecen desde muy diversas perspectivas en el mundo, es decisiva para que una sociedad pueda ingresar a la sociedad de conocimiento y construir una estructura productiva sólida.
No hay ninguna duda, de la incidencia definitiva de la cultura de la conectividad a escala mundial que hace de las personas, ciudadanos de la aldea planetaria, con acceso a las soluciones que se ofrecen desde muy diversas perspectivas en el mundo. Esta cultura es decisiva para que una sociedad nacional, regional o local pueda ingresar a la sociedad de conocimiento y construir una estructura productiva sólida, superando toda suerte de restricciones. Pero es grave, si esta cultura y estos recursos no los ponen las autoridades y los centros de enseñanza al alcance de las regiones y localidades menos desarrolladas, estas estarán cada vez más marginadas de las oportunidades de este milenio.
Esta cultura circula por la extraordinaria red de autopistas de la información (internet). Por estas autopistas pasan volúmenes sorprendentes de información nunca antes vistos; ellas constituyen una oportunidad extraordinaria de comunicación y acceso al conocimiento entre las distintas personas y están produciendo cambios en la sociedad nunca imaginados
La sociedad encontró, entonces, una manera diferente y rápida de comunicarse, de transportar información, de adquirir conocimientos, de intercambiar productos y de acceder a los pilares de conocimiento.
Ellas permiten que, especialmente los intelectuales y los educadores de todo el mundo se integren en mesas de trabajo y en redes de gran variedad e intereses académicos; es obvio entonces que debemos educarnos integrando las tecnologías de la información y la comunicación y prepararnos para educar a nuestros aprendices del siglo XXI.
Por lo tanto es hora, de insertarnos en la sociedad de conocimiento, de apersonarnos de la ciencia y la tecnología en todos los centros de enseñanza, como un fenómeno internacional de gran magnitud
Guillermo Cardona Ossa en el 2002 manifiesta: “...educar es gobernar, así era en el siglo XIX, así fue durante el siglo XX y así será a medida que avance el nuevo siglo. Este puede ser el siglo del saber, el siglo de la racionalidad científica y tecnológica. Cierto, nuestra especie ha dependido siempre de sus creencias y sus tecnologías, pero ahora esas creencias van siendo cada vez más penetradas por la ciencia y la tecnología que están cambiando a un ritmo sin precedentes”. Yo diría que en la educación está el poder.
Las innovaciones tecnocientíficas conformaron los cambios culturales del siglo XX, estableciendo nuevas formas de vida. Los entornos materiales, interpretativos y valorativos; los modos de organización social, económica y política, junto con el medio ambiente característico de esa época, fueron alterados con las nuevas tecnologías. Mirando hacia adelante, en este siglo XXI, no cabe duda que su influencia será aún más determinante.
De manera específica, la influencia de la ciencia y la tecnología en la sociedad del conocimiento ha ido conquistando distintos espacios de la vida y la ha transformado en su totalidad. Por eso es cada vez más exigente la necesidad de profundizar en el conocimiento de las llamadas “nuevas tecnologías” y su aplicación en la enseñanza y en el aprendizaje. Los docentes de todos los niveles requieren egresar con una formación específica en este campo; de igual forma los profesores que tienen profesiones diferentes a la docencia, deben recibir instrucción en el uso técnico y quizás pedagógico, de los modernos medios.
Dada la imperiosa necesidad de que el docente, mediante el debate y la reflexión, se convierta en el gestor didáctico de su aula y pueda aprovechar las enormes posibilidades que brinda la incorporación de los avances tecnológicos, es preciso que se le proporcione todo el apoyo del sistema, facilitándole las posibilidades y los medios a través de los cuales adquirirá las competencias que las NTIC demandan en él.
Las NTIC han venido a aportarle un nuevo valor agregado a la sociedad del conocimiento. Los oficios que se desempeñan en esas industrias de la sociedad del conocimiento tienen un creciente contenido técnico. No da lo mismo manejar una máquina de escribir que una computadora; cada vez es mayor el número de ocupaciones de alta tecnología y cada día las competencias que exige la sociedad son más sofisticadas.
Actualmente existe la preocupación en varios países sobre las condiciones que deben tener las instituciones educativas para brindar a los estudiantes la preparación adecuada para el mundo tecnológico al que se enfrentan. Los responsables del currículo, tienen la obligación de establecer en las instituciones ambientes enriquecidos, apoyados por la tecnología.
La palabra tecnología deriva del griego techne (arte, destreza,), y logos, (conocimiento, orden del cosmos). La tecnología es un fenómeno social, y como tal, está determinada por la cultura en la que emerge y podría determinar la cultura en la que se utiliza. Pero tal como dice Seymour Papert, "... hay un mundo de diferencia entre lo que la tecnología puede hacer y lo que una sociedad escoge hacer con ella. La sociedad tiene muchas maneras de resistir un cambio fundamental y amenazante."
Es importante enfatizar que la tecnología trasciende los aparatos para incluir el conocimiento, las creencias y los valores de una cultura particular así como el contexto social y personal. Lamentablemente sin embargo, la visión generalizada, normalmente muy reducida (y a veces hasta mágica), limita el papel que la tecnología puede jugar en el desarrollo humano sostenible. Por ejemplo, la concepción del uso de tecnologías digitales en educación muy comúnmente se circunscribe a concebir aulas y aparatos digitales modernos, conectados a internet para transmitir mucha información. Esta visión no toma en cuenta el conocimiento, las creencias o los valores del contexto cultural y social, pero sí incluye expectativas de mejoras automáticas en la calidad del aprendizaje y la educación.
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario